El 2 de marzo, los docentes, asistente y todo el personal de la escuela, comenzaron sus jornadas laborales, en esta oportunidad nuestro director Sergio Muñoz C, nos recibió con las siguientes palabras.
Pidan y se les dará; busquen y hallarán ; llamen y se
les abrirá la puerta”
Estimadas y
estimados colegas, apreciadas asistentes de la educación:
1.- Deseo en
primer lugar expresarles la alegría que siento al comenzar este nuevo año
escolar sabiendo que estamos aquí todos los que formamos parte de esta hermosa
comunidad escolar Laura Vicuña. Saludo con cariño sincero a cada uno de quienes
llevamos años compartiendo estos espacios educativos, como a quienes se han ido
incorporando y a quien recién se integra a nuestra escuela que sueña
con ser una comunidad educadora que
forme personas competentes, libres, responsables, autónomas, felices y testigos
del amor y la justicia. A unos y otros invito a poner todas sus capacidades,
talentos y virtudes en la consecución de este hermoso y desafiante sueño para
nuestros estudiantes. Hermoso, desafiante e imperativo para cada uno de
nosotros y que por una u otra razón coincidimos en este privilegiado lugar
donde se ubica la escuela, privilegiado lugar creado por Dios para cada uno de
nosotros.
2.-
Permítanme en segundo lugar apreciados colegas, compartir una historia que me
parece relevante al iniciar hoy lunes 2 de marzo esta nueva jornada educativa,
la que se extenderá, Dios mediante, hasta el día 11 de diciembre.
Se trata de una historia, tal vez
conocida por algunos o por todos, pero que refleja lo que todo educador, a pesar de las pocas
horas para planificar, corregir pruebas, atender apoderados, ser confidente,
orientador, sacerdote, brindar primeros
auxilios o sentir que la reforma que se
está implantando puede jugarle en
contra, no deja nunca de hacer bien lo
que le corresponde hacer y poner su esfuerzo a tope para conseguir que sus
estudiantes aprendan y se sientan considerados, queridos, llamados por sus
nombres.
He aquí la
historia:
Un maestro
de construcción ya entrado en años, estaba listo para retirarse a disfrutar su
pensión de jubilación. Le contó a su jefe acerca de sus planes de dejar el
trabajo para llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a
extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse; ya se las arreglarían
de alguna manera.
El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacía. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.
El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacía. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.
Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, querido amigo -dijo-. Es un regalo para ti".
Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que había construido!
Colegas
profesores, asistentes de educación, estimadas señoras de la cocina:
Les invito a
que cada quien ponga lo mejor de sí mismo en lo que le corresponde hacer. Que el esfuerzo sea a tope
de manera que no sintamos al término del día que lo podríamos haber hecho mejor.
Pensemos
como si estuviésemos construyendo nuestra propia casa. Cada día clavamos un clavo, levantamos una
pared o edificamos el techo.
Exhorto a construir con sabiduría ya que con ello podemos reforzar
nuestra existencia. Que nuestra vida sea como un proyecto de hágalo-usted-mismo. La
vida que tengo hoy es el resultado de
mis actitudes y elecciones del pasado.
La vida de mañana, será el resultado de mis
actitudes y elecciones de hoy.
Pidan y se les dará; busquen y hallarán ; llamen y se
les abrirá la puerta”
Que el Señor bendiga nuestro trabajo.
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